lunes, 19 de abril de 2010

EXPRESIONISMO

El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en Alemania a principios del siglo XX, que tuvo plasmación en un gran número de campos: artes plásticas, literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, etc. Su primera manifestación fue en el terreno de la pintura, coincidiendo en el tiempo con la aparición del fauvismo francés, hecho que convirtió a ambos movimientos artísticos en los primeros exponentes de las llamadas “vanguardias históricas”. Más que un estilo con características propias comunes fue un movimiento heterogéneo, una actitud y una forma de entender el arte que aglutinó a diversos artistas de tendencias muy diversas y diferente formación y nivel intelectual. Surgido como reacción al impresionismo, frente al naturalismo y el carácter positivista de este movimiento de finales del siglo XIX los expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista –la “expresión”– frente a la plasmación de la realidad –la “impresión”–.
El expresionismo suele ser entendido como la
deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano, dando primacía a la expresión de los sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad. Entendido de esta forma, el expresionismo es extrapolable a cualquier época y espacio geográfico. Así, a menudo se ha calificado de expresionista la obra de diversos autores como Matthias Grünewald, Pieter BruegheEl Greco o Francisco de Goya. Algunos historiadores, para distinguirlo, escriben “expresionismo” –en minúsculas– como término genérico y “Expresionismo” –en mayúsculas– para el movimiento alemán.[1]
Con sus colores violentos y su temática de soledad y de miseria, el expresionismo reflejó la amargura que invadió a los círculos artísticos e intelectuales de la Alemania prebélica, así como de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y del período de entreguerras (1918-1939). Esa amargura provocó un deseo vehemente de cambiar la vida, de buscar nuevas dimensiones a la imaginación y de renovar los lenguajes artísticos. El expresionismo defendía la libertad individual, la primacía de la expresión subjetiva, el irracionalismo, el apasionamiento y los temas prohibidos –lo morboso, demoníaco, sexual, fantástico o pervertido–. Intentó reflejar una visión subjetiva, una deformación emocional de la realidad, a través del carácter expresivo de los medios plásticos, que cobraron una significación metafísica, abriendo los sentidos al mundo interior. Entendido como una genuina expresión del alma alemana, su carácter existencialista, su anhelo metafísico y la visión trágica del ser humano en el mundo le hicieron reflejo de una concepción existencial liberada al mundo del espíritu y a la preocupación por la vida y la muerte, concepción que se suele calificar de "nórdica" por asociarse al temperamento que tópicamente se identifica con el estereotipo de los países del norte de Europa. Fiel reflejo de las circunstancias históricas en que se desarrolló, el expresionismo reveló el lado pesimista de la vida, la angustia existencial del individuo, que en la sociedad moderna, industrializada, se ve alienado, aislado. Así, mediante la distorsión de la realidad pretendían impactar al espectador, llegar a su lado más emotivo e interior.
La transición del siglo XIX al XX comportó numerosos cambios políticos, sociales y culturales. Por una parte, el auge político y económico de la burguesía, que vivió en las últimas décadas del siglo XIX (la Belle Époque) un momento de gran esplendor, reflejado en el modernismo, movimiento artístico puesto al servicio del lujo y la ostentación desplegados por la nueva clase dirigente. Sin embargo, los procesos revolucionarios efectuados desde la Revolución francesa (el último, en 1871, la fracasada Comuna de París) y el temor a que se repitiesen llevaron a las clases políticas a hacer una serie de concesiones, como las reformas laborales, los seguros sociales y la enseñanza básica obligatoria. Así, el descenso del analfabetismo comportó un aumento de los medios de comunicación y una mayor difusión de los fenómenos culturales, que adquirieron mayor alcance y mayor rapidez de difusión, surgiendo la “cultura de masas”.[2]
Por otro lado, los avances técnicos, especialmente en el terreno del arte la aparición de la fotografía y el cine, llevaron al artista a plantearse la función de su trabajo, que ya no consistía en imitar a la realidad, pues las nuevas técnicas lo hacían de forma más objetiva, fácil y reproducible. Igualmente, las nuevas teorías científicas llevaron a los artistas a cuestionarse la objetividad del mundo.
El expresionismo forma parte de las llamadas “vanguardias históricas”, es decir, las producidas desde los primeros años del siglo XX, en el ambiente previo a la Primera Guerra Mundial, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial (1945). Esta denominación incluye, además, al fauvismo, el cubismo, el futurismo, el constructivismo, el neoplasticismo, el dadaísmo, el surrealismo, etc. La vanguardia está íntimamente ligada al concepto de modernidad, caracterizado por el fin del determinismo y de la supremacía de la religión, sustituidos por la razón y la ciencia, el objetivismo y el individualismo, la confianza en la tecnología y el progreso, en las propias capacidades del ser humano. Así, los artistas pretenden ponerse al frente del progreso social, expresar mediante su obra la evolución del ser humano contemporáneo.
El expresionismo surgió como reacción al impresionismo: así como los impresionistas plasmaban en el lienzo una “impresión” del mundo circundante, un simple reflejo de los sentidos, los expresionistas pretendían reflejar su mundo interior, una “expresión” de sus propios sentimientos. Así, los expresionistas emplearon la línea y el color de un modo temperamental y emotivo, de fuerte contenido simbólico. Esta reacción frente al impresionismo supuso una fuerte ruptura con el arte elaborado por la generación precedente, convirtiendo al expresionismo en un sinónimo del arte moderno durante los primeros años del siglo XX.[7] El expresionismo supuso un nuevo concepto del arte, entendido como una forma de captar la existencia, de traslucir en imágenes el sustrato que subyace bajo la realidad aparente, de reflejar lo inmutable y eterno del ser humano y la naturaleza. Así, el expresionismo fue el punto de partida de un proceso de transmutación de la realidad que cristalizó en el expresionismo abstracto y el informalismo. Los expresionistas utilizaban el arte como una forma de reflejar sus sentimientos, su estado anímico, propenso por lo general a la melancolía, a la evocación, a un decadentismo de corte neorromántico. Así, el arte era una experiencia catárquica, donde se purificaban los desahogos espirituales, la angustia vital del artista.Las raíces del expresionismo se encuentran en estilos como el simbolismo y el postimpresionismo, así como en los Nabis y en artistas como Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent Van Gogh. Asimismo, tienen puntos de contacto con el neoimpresionismo y el fauvismo por su experimentación con el color. Los expresionistas recibieron numerosas influencias: en primer lugar la del arte medieval, especialmente el gótico alemán. De signo religioso y carácter trascendente, el arte medieval ponía énfasis en la expresión, no en las formas: las figuras tenían poca corporeidad, perdiendo interés por la realidad, las proporciones, la perspectiva. En cambio, acentuaba la expresión, sobre todo en la mirada: los personajes se simbolizaban más que se representaban. Así, los expresionistas se inspiraron en los principales artistas del gótico alemán, desarrollado a través de dos escuelas fundamentales: el estilo internacional (finales del siglo XIV-primera mitad del XV), representado por Conrad Soest y Stefan Lochner; y el estilo flamenco (segunda mitad del siglo XV), desarrollado por Konrad Witz, Martin Schongauer y Hans Holbein el Viejo. También se inspiraron en la escultura gótica alemana, que destacó por su gran expresividad, con nombres como Veit Stoss y Tilman Riemenschneider. Otro punto de referencia fue Matthias Grünewald, pintor tardomedieval que aunque conoció las innovaciones del Renacimiento siguió en una línea personal, caracterizada por la intensidad emocional, una expresiva distorsión formal y un intenso colorido incandescente, como en su obra maestra, el Retablo de Isenheim.La pintura se desarrolló principalmente en torno a dos grupos artísticos: Die Brücke, fundado en Dresde en 1905, y Der Blaue Reiter, fundado en Múnich en 1911. En la posguerra, el movimiento Nueva Objetividad surgió como contrapeso al individualismo expresionista defendiendo una actitud más comprometida socialmente, aunque técnica y formalmente fue un movimiento heredero del expresionismo. Los elementos más característicos de las obras de arte expresionistas son el color, el dinamismo y el sentimiento. Lo fundamental para los pintores de principios de siglo no era reflejar el mundo de manera realista y fiel –justo al contrario que los impresionistas– sino, sobre todo expresar su mundo interior. El objetivo primordial de los expresionistas era transmitir sus emociones y sentimientos más profundos.
Die Brücke (El puente) se fundó el 7 de junio de 1905 en Dresde, formado por cuatro estudiantes de arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Dresde: Ernst Ludwig Kirchner, Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff. El nombre fue ideado por Schmidt-Rottluff, simbolizando a través de un puente su pretensión de sentar las bases de un arte de futuro. Posiblemente la inspiración le vino de una frase de Así habló Zaratustra de Nietzsche: “La grandeza del hombre es que es un puente y no un fin”.
El grupo Die Brücke buscó conectar con el público en general, haciéndole partícipe de las actividades del grupo. Idearon la figura del “miembro pasivo”, que mediante una suscripción anual de doce marcos recibían periódicamente un boletín con las actividades del grupo, así como diversos grabados (los “Brücke-Mappen”). Con el tiempo el número de miembros pasivos ascendió a sesenta y ocho. En 1906 publicaron un manifiesto, Programm, donde Kirchner expresó su voluntad de convocar a la juventud para un proyecto de arte social que transformase el futuro. Pretendían a través del arte influir en la sociedad, considerándose unos profetas revolucionarios que lograrían cambiar la sociedad de su tiempo. La intención del grupo era atraer a todo elemento revolucionario que quisiera unirse; así lo expresaron en una carta dirigida a Nolde. Su mayor interés era destruir las viejas convenciones, al igual que se estaba haciendo en Francia. Según Kirchner, no podían ponerse reglas y la inspiración debía fluir libre y dar expresión inmediata a las presiones emocionales del artista. La carga de crítica social que imprimieron a su obra les valió los ataques de la crítica conservadora que los tachó de ser un peligro para la juventud alemana.
Los artistas de Die Brücke estaban influidos por el movimiento Arts & Crafts, así como por el Jugendstil y los Nabis, y artistas como Van Gogh, Gauguin y Munch. También se inspiraron en el gótico alemán y el arte africano, sobre todo tras los estudios realizados por Kirchner de las xilografías de Durero y del arte africano del Museo Etnológico de Dresde.
A los miembros de Die Brücke les interesaba un tipo de temática centrada en la vida y la naturaleza, reflejada de forma espontánea e instintiva, por lo que sus principales temas son el desnudo –sea en interior o exterior–, así como escenas de circo y music-hall, donde encuentran la máxima intensidad que pueden extraer a la vida.[46] Esta temática fue sintetizada en obras sobre bañistas que sus miembros realizaron preferentemente entre 1909 y 1911 en sus estancias en los lagos cercanos a Dresde: Alsen, Dangast, Nidden, Fehmarn, Hiddensee, Moritzburg, etc. Son obras donde expresan un naturismo sin tapujos, un sentimiento casi panteísta de comunión con la naturaleza, a la vez que técnicamente van depurando su paleta, en un proceso de deformación subjetiva de la forma y el color, que adquiere un significado simbólico.
Der Blaue Reiter (El Jinete Azul) surgió en Múnich en 1911, agrupando a Vasili Kandinski, Franz Marc, August Macke, Paul Klee, Gabriele Münter, Alfred Kubin, Alexej von Jawlensky, Lyonel Feininger, Heinrich Campendonk y Marianne von Werefkin. El nombre del grupo fue escogido por Marc y Kandinski tomando café en una terraza, tras una conversación donde coincidieron en su gusto por los caballos y por el color azul, aunque es de remarcar que Kandinski ya pintó un cuadro con el título El Jinete Azul en 1903 (Colección E.G. Bührle, Zúrich).De nuevo, más que un sello estilístico común compartían una determinada visión del arte, en la que imperaba la libertad creadora del artista y la expresión personal y subjetiva de sus obras. Der Blaue Reiter no fue una escuela ni un movimiento, sino una agrupación de artistas con inquietudes similares, centradas en un concepto de arte no como imitación, sino como expresión del interior del artista.
Der Blaue Reiter fue una escisión del grupo Neue Künstlervereinigung München (Nueva Asociación de Artistas de Múnich), fundada en
1909, de la que era presidente Kandinski, y que incluía además a Marc, Jawlensky, Werefkin, Kubin, Klee, Münter, los hermanos David y Vladimir Burliuk, Alexander Kanoldt, Adolf Erbslöh, Karl Hofer, etc. Sin embargo, divergencias estéticas originaron el abandono de Kandinski, Marc, Kubin y Münter, fundando el nuevo grupo. Der Blaue Reiter tenía pocos puntos en común con Die Brücke, coincidiendo básicamente en su oposición al impresionismo y al positivismo; sin embargo, frente a la actitud temperamental de Die Brücke, frente a su plasmación casi fisiológica de la emotividad, Der Blaue Reiter tenía una actitud más refinada y espiritual, pretendiendo captar la esencia de la realidad a través de la purificación de los instintos. Así, en vez de utilizar la deformación física, optan por su total depuración, llegando así a la abstracción. Su poética se definió como un expresionismo lírico, en el que la evasión no se encaminaba hacia el mundo salvaje sino hacia lo espiritual de la naturaleza y el mundo interno.
Los miembros del grupo mostraron su interés por el misticismo, el simbolismo y las formas del arte que consideraban más genuinas: el primitivo, el popular, el infantil y el de enfermos mentales. Der Blaue Reiter destacó por el uso de la acuarela, frente al grabado utilizado principalmente por Die Brücke. También cabe destacar la importancia otorgada a la
música, que se suele asimilar al color, lo que facilitó la transición de un arte figurativo a uno más abstracto.
Der Blaue Reiter tuvo su final con la Primera Guerra Mundial, en la que murieron Marc y Macke, mientras que Kandinski tuvo que volver a Rusia. En 1924 Kandinski y Klee, junto a Lyonel Feininger y Alexej von Jawlensky, fundaron Die Blaue Vier (Los Cuatro Azules) en el seno de la Bauhaus, exponiendo conjuntamente su obra por el plazo de diez años.
Una de las obras caracteristicas del expresionismo es "EL GRITO" de Edvard Munch.La versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Oslo y fue completada en 1893. Otras dos versiones del cuadro se encuentran en el Museo Munch, también en Oslo, mientras que una cuarta versión pertenece a una colección particular. Munch realizó también una litografía con el mismo título.
Todas las versiones del cuadro muestran una figura andrógina en primer plano, que simboliza a un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial. El paisaje del fondo es Oslo visto desde la colina de Ekeberg. El grito está considerado como una de las más importantes obras del artista y del movimiento expresionista, constituyendo una imagen de icono cultural, semejante al de la Mona Lisa de Leonardo da Vinci.
El cuadro es abundante en colores rojizos de fondo, colores oscuros y la figura principal es una persona aparentemente sin cabello en un sendero con vallas que se pierde de vista fuera de la escena. Esta figura está gritando, con una expresión de desesperación. En el fondo, casi fuera de escena, se notan dos figuras con sombrero que no se pueden distinguir. El cielo parece fluido y arremolinado, de colores rojizos cambiantes, igual de arremolinado que el resto del fondo.

Biografia del autor:
Edvard Munch fue un pintor y grabador noruego de la corriente expresionista. Sus evocativas obras sobre la angustia influyeron profundamente en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX.El pintor decía de sí mismo que, del mismo modo que Leonardo da Vinci había estudiado la anatomía humana y diseccionado cuerpos, él intentaba diseccionar almas. Por ello, los temas más frecuentes en su obra fueron los relacionados con los sentimientos y las tragedias humanas, como la soledad (Melancolía), la angustia (El Grito, tal vez su mejor obra), la muerte (Muerte de un bohemio) y el erotismo (Amantes, El beso). Se le considera precursor del expresionismo, por la fuerte expresividad de los rostros y las actitudes de sus figuras, además del mejor pintor noruego de todos los tiempos.
Edvard Munch creció en Oslo (entonces llamada Christiania), donde formó parte del grupo artístico Bohemios de Christianía fundado por el poeta y expresionista Hans Jager. Su madre y una de sus hermanas murieron siendo él muy joven y a otra de sus hermanas le fue diagnosticada una enfermedad mental. Su padre estaba dominado por obsesiones religiosas. Inculcó a sus hijos un profundo temor hacia el infierno asegurándoles que si pecaban de cualquier modo serían condenados al infierno sin esperanza de perdón.
Munch pasó una infancia con numerosas enfermedades, y de los cinco hermanos originales tan sólo Andreas se casaría, muriendo unos pocos meses después de la boda. Estos hechos podrían explicar la oscuridad y el pesimismo de gran parte de la obra de Munch. Más tarde afirmó: "La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me siguieron durante toda mi vida". Varias fuentes modernas describen la enfermedad de Munch como un caso probable de
desorden bipolar. Él consideraba esta personalidad conflictiva y un tanto desequilibrada como la base de su genio.En los años 30 y 40 los Nazis etiquetaron su trabajo como "arte degenerado" y retiraron sus trabajos de los museos alemanes. Este hecho hirió profundamente a Munch, que se consideraba un antifascista y había llegado a apreciar Alemania como su segunda patria.
Murió en Ekely, cerca de Oslo, poco después de su octagésimo cumpleaños.



postimpresionismo

Posimpresionismo o postimpresionismo[1] es un término histórico-artístico que se aplica a los estilos pictóricos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX posteriores al impresionismo. Fue acuñado por el crítico británico Roger Fry con motivo de una exposición de pinturas de Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh que se celebró en Londres en el año 1910. Este término engloba en realidad diversos estilos personales planteándolos como una extensión del impresionismo y a la vez como un rechazo a las limitaciones de éste. Los postimpresionistas continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura.
Aunque los postimpresionistas basaron su obra en el uso del color experimentado por los impresionistas, reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo.
Todos los artistas englobados bajo el término postimpresionismo conocieron y practicaron en algún momento los postulados impresionistas. El
impresionismo fue un movimiento pictórico que se desarrolló con fuerza en la segunda mitad del siglo XIX y que rompió los supuestos académicos, sociales y económicos vigentes en el arte. En su momento, supuso una revolución[2] y sus obras recibieron fuertes críticas. Al ser rechazados en los circuitos oficiales, el grupo de los pintores impresionistas organizó sus propias exposiciones y mantuvo una cohesión que duró hasta que, décadas después, algunos de ellos alcanzaron cierto reconocimiento. De la disgregación de ese movimiento nació el Postimpresionismo en parte como evolución y en parte como ruptura.
El impresionismo supuso una ruptura de los conceptos dominantes en la pintura y la escultura. Si hasta entonces primaban el estudio racional de la obra, la composición sobre dibujos previos y la claridad de las líneas, los impresionistas abandonaron ese suelo para tratar de captar en sus obras la impresión espontánea, tal como llegaba a sus sentidos. No les importaba tanto el objeto que se quería pintar como la sensación recibida. La sensación fugaz, efímera, difícilmente perceptible y reproducible. Los pintores impresionistas abandonaron los talleres y salieron al exterior. Sus modelos fueron la calle, el edificio, el paisaje, la persona, el hecho pero no en su concepción estática y permanente sino percibidos en ese momento casi único. El pintor impresionista pintaba in situ y terminaba la obra con rapidez. Utilizaba trazos sueltos, cortos y vigorosos. Los objetos y el propio espacio no se delimitaban con líneas síguiendo los cánones renacentistas sino que se formaban en la retina del observador a partir de esos trazos imprecisos. La pintura impresionista descubrió el valor cambiante de la luz y su movimiento, utilizando una rica paleta cromática de la que excluyeron el negro porque el color negro, según decían, no existía en la naturaleza.

Una de las obras caracteristicas de el postimpresionismo es una obra maestra del pintor postimpresionista Vincent van Gogh. El cuadro muestra la vista exterior durante la noche desde la ventana del cuarto del sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence, donde se recluyó hacia el final de su vida. Sin embargo, la obra fue pintada durante el día, de memoria. Data de mediados de 1889, trece meses antes del suicidio de van Gogh. Desde 1941 forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Considerado como el magnum opus de van Gogh, el cuadro ha sido reproducido en numerosas ocasiones, siendo una de sus obras mas conocidas.
La parte central del lienzo muestra el pueblo de Saint-Rémy bajo un cielo arremolinado, una vista hacia el norte desde la ventana de su habitación en el asilo. Las colinas de Alpilles aparecen a lo lejos en el margen derecho, aunque hay poca correlación entre la escena y la realidad, ya que las colinas intermedias parecen estar superpuestas, correspondiendo en realidad a la vista meridional del sanatorio. Asimismo, el ciprés que aparece a la izquierda fue también añadido a la composición.
Durante su estadía en el asilo, van Gogh se dedica a pintar sobre todo los paisajes de la región de
Provenza. Es en ese período que rompe con el estilo impresionista, desarrollando un estilo muy personal donde prevalece el amarillo, símbolo de la luz y del calor.
Biografia del autor:
Vincent Willem van Gogh [vɪnˈsɛnt vɑn'xɔx?/i] (Zundert, Países Bajos, 30 de marzo de 1853Auvers-sur-Oise, Francia, 29 de julio de 1890) fue un pintor holandés, uno de los principales exponentes del posimpresionismo.[1] Pintó 900 cuadros (de ellos 27 autorretratos y 148 acuarelas) y 1.600 dibujos. La figura central en su vida fue su hermano menor Theo, quien continua y desinteresadamente le prestó apoyo financiero. La gran amistad entre ellos está documentada en las numerosas cartas que se intercambiaron desde agosto de 1872. Para Theo fueron 650 de sus 800 cartas conservadas.
La calidad de su obra sólo fue reconocida después de su muerte considerándose una de los grandes maestros de la pintura. Tuvo una gran influencia en el arte del
siglo XX, especialmente entre los expresionistas alemanes y los fauvistas como Derain, Vlaminck y Kees Van Dongen.[2] [3] Por medio de numerosas reproducciones muchas de sus obras son muy conocidas y se encuentran profundamente enraizadas en la consciencia artística general y mantienen su actualidad en todo el mundo.

NEOIMPRESIONISMO

Neo-impresionismo es una palabra creada por el crítico de arte francés Félix Fénéon en 1887 para caracterizar el movimiento artístico de fines del siglo XIX liderado por Georges Seurat y Paul Signac, quienes primero exhibieron sus trabajos en 1884 en la muestra de la Société des Artistes Indépendants en París. El término de Fénéon señalaba que las raíces de estos desarrollos se situaban en las artes visuales del Impresionismo, pero se ofrecía, a su vez, una nueva lectura del color y la línea en la práctica de Seurat y Signac, y el trasfondo teórico de los escritos de Chevreul y Charles Blanc.
El Puntillismo es un estilo de pintura que aparece por primera vez en 1883, encabezado por el pintor neoimpresionista Georges Seurat, y contando con entre sus más fieles seguidores tales como Henri Edmond Cross y Vlaho Bokovac. El procedimiento empleado por estos artistas, consistente en poner puntos de colores puros en vez de pinceladas sobre tela, fue el resultado de los estudios cromáticos llevados a cabo por Georges Seurat (1859-1891), pintor francés, quien en 1884 llegó a la división de tonos por la posición de toques de color que, mirados a cierta distancia, crean en la retina las combinaciones deseadas. Otro de los más importantes seguidores del puntillismo fue Paul Signac, participante junto con Seurat y otros neoimpresionistas en la fundación de artistas independientes (1884), todos ellos seguidores del puntillismo o divisionismo.
Este movimiento, dentro de las coordenadas del
Postimpresionismo, parte también de la imagen de la naturaleza, es decir, del mismo motivo que los impresionistas, pero para ellos serán unas leyes físicas y fisiológicas muy determinadas las que caractericen la esencia de la pintura. Su material de reflexión serán, sobre todo, los escritos de Charles Blanc y, de un modo más radical los impresionistas, los tratados científicos de Cheverul, Sutter, Rood y otros. Gracias a ellos, el Puntillismo vio abierto ante sí un campo en el que su tarea habría de ser la aplicación metódica de sus conocimientos y la reconciliación de los rígidos principios del dibujo con los principios ópticos intuidos por los grandes coloristas. La mente lógica y reflexiva de estos pintores pedía la reducción del instinto al orden, del impulso al cálculo, reduciendo a lo esencial, no sólo los temas de la vida moderna o el paisaje, sino también el método impresionista de presentarlos.
Una de las obras significativas del neoimpresionismo es "TARDE DE DOMINGO EN LA ISLA DE LA GRANDE JATTE" de Georges Pierre Seurat.
Biografia del autor:
Georges Pierre Seurat (2 de diciembre de 185929 de marzo de 1891) fue un pintor francés y el fundador del Neoimpresionismo. Su trabajo Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte es uno de los íconos de la pintura del siglo XIX.
Seurat nació en París, Francia. A pesar del humilde trabajo de su padre, que era alguacil, su familia poseía una serie de tierras que generaban unos buenos ingresos. Su padre era nativo de Champaña y su madre era parisina. En 1875 Seurat ingresa en la escuela municipal en la clase del escultor Justin Lequien. Aquí conoce a Edmond Aman-Jean, con el que mantendrá una estrecha amistad toda su vida. En 1878, gracias a Edmond, ingresa en la Escuela de Bellas Artes de París, donde estudiará hasta 1879. A pesar de su buena volueorges no destaca por su talento artístico, obteniendo unos resultados mediocres. Consciente de ello, inicia su trabajo en el Louvre con gran intensidad copiando las obras maestras de Rafael, Holbein y Poussin. Interesado en adquirir mayores conocimientos técnicos estudia con detenimiento "La loi du contraste simultané des couleurs", y aplica asentos técnicos en su arte. Seurat creó la técnica de puntillismo que fue utilizada sólo por él.
En verano de 1885 Seurat pinta en Grandcamp un conjunto de paisajes marinos, en que perfecciona la técnica puntillista. Uno de estos cuadros, "Le bec du Hoc à Grandcamp" fue, al parecer, la única obra vendida por el autor en vida al precio de 300 francos. Durante los años siguientes Seurat continua con su estilo particular llegando a realizar obras puntillistas incluso con personas. Al mismo tiempo, su obra continúa sin ser entendida por el público y por los críticos llegando a causar escándalos pero a la vez, es apoyado por sus compañeros neo-impresionistas.
En
1889 realiza el cuadro "La torre Eiffel" monumento que le fascinaba. A partir de este momento Seurat empieza a aislarse cansado de las polémicas que rodean su obra y de las disensiones con los propios miembros del grupo artístico. Después se mudó del bulevar de Clichy a un estudio cercano más tranquilo donde vivió secretamente con una joven modelo, Madeleine Knobloch, que en febrero de 1890 dio a luz al hijo del artista. No fue sino hasta dos días antes de su muerte que presentó su joven familia a sus padres. Tras la muerte de Seurat, Madeleine dio a luz a su segundo hijo, cuyo nombre es desconocido. Seurat, tenia varias amantes que sin su esposa se enterara ; tuvo más de 15 hijos no reconocidos y según parece estos han creado polémicas sobre quien se quedaría con su gran fortuna.
Seurat murió de
difteria a la temprana edad de 31 años, y fue incinerado en el cementerio de Père Lachaise. Su muerte evitó que completara sus investigaciones en el puntillismo, el divisionismo y en la física de los colores. Su último trabajo ambicioso, "El circo", quedó incompleto.

IMPRESIONISMO

Aunque el término Impresionismo se aplica en diferentes artes como música y literatura, su vertiente más conocida, y aquélla que fue la precursora, es la pintura impresionista. El movimiento plástico impresionista se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XIX en Europa —principalmente en Francia— caracterizado, a grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz (la «impresión» visual) y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintarán el momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo éste. El movimiento fue bautizado por la crítica como Impresionismo con ironía y escepticismo respecto al cuadro de Monet Impresión: sol naciente. Siendo diametralmente opuesto a la pintura metafísica, su importancia es clave en el desarrollo del arte posterior, especialmente del postimpresionismo y las vanguardias.
Técnica y estética impresionista:
Colores puros

La segunda mitad del siglo XIX presenció importantes evoluciones científicas y técnicas que permitieron la creación de nuevos pigmentos con los que los pintores darían nuevos colores a su pintura, generalmente al óleo. Los pintores consiguieron una pureza y saturación del color hasta entonces impensables, en ocasiones, con productos no naturales. A partir del uso de colores puros o saturados, los artistas dieron lugar a la ley del contraste cromático, es decir: «todo color es relativo a los colores que le rodean», y la ley de colores complementarios enriqueciendo el uso de colores puros bajo contrastes, generalmente de fríos y cálidos. Las sombras pasaron de estar compuestas por colores oscuros a estar compuestas por colores fríos o desaturados que, a la vez, creaban ilusión de profundidad. Del mismo modo, las luces pasaron de ser claras a ser saturadas y cálidas, resaltando del fondo. Podemos decir que, rompiendo con la dinámica clásica del claroscuro, más propio del dibujo, una sombra podría ser más intensa, clara y saturada que una luz y, sin embargo, seguir creando ilusión de sombra y profundidad. Asimismo enriquecieron el lenguaje plástico separando los recursos propios del dibujo y aplicando únicamente los recursos propios de la pintura: es decir, el color. Para definir la forma, su riqueza de color les permitió afinar el volumen mediante más matices lumínicos, creando luces dentro de las zonas de sombra y sombras dentro de las zonas iluminadas recurriendo únicamente al uso del color. Un buen ejemplo del uso de los colores saturados para luces y sombras indistintamente lo encontramos en el cuadro La catedral de Ruán de Claude Monet al lado. Este uso de los colores sería absorbido después por las primeras vanguardias, especialmente por el fauvismo de Matisse o Gauguin.
Una de las obras caracteristicas del impresionismo es Impresión, sol naciente (en francés:Impression, soleil levant) es un cuadro del pintor francés Claude Monet, que dio su nombre al movimiento impresionista.
Fechado en
1872, aunque pintado más probablemente en 1873, su motivo es el puerto de Le Havre en Francia, usando muy pocos toques de pincel que sugieren en vez de delinear.
Monet pintó el sol casi con la misma luminancia del cielo, una condición que sugiere humedad alta y atenuación atmosférica de la luz. Este detalle descansa sobre el uso de colores complementarios y variedad de temperaturas de color, en lugar de cambios de intensidad o valores contrastantes, para diferenciar el sol del cielo circundante. La pintura trata el valor de contraste simultáneo de los colores, situando tonos cálidos sobre otros opuestos que permiten resaltar, en la retina del espectador, unos tonos sobre otros. La vaporización será el elemento fundamental que invade la superficie, destacando esa humedad que invade la obra y que atenúa las tonalidades, es decir, el color se condiciona a esta atmósfera húmeda. El principal objetivo al que intentaba llegar Monet con esta obra es provocar una impresión en el espectador, por lo que nos encontramos con la importancia que se atribuye al espectador en el impresionismo. Las pinceladas son un tanto libres, rápidas y directas, reduciendo los elementos del cuandro a una simplificación aparente, tal y como se contempla en los reflejos del agua.
Biografia del autor:
Claude-Oscar Monet (París, Francia, 14 de noviembre de 1840 - Giverny, 5 de diciembre de 1926) fue un pintor impresionista francés.
Monet recibió sus primeras lecciones artísticas en la escuela de la mano de François-Charles Ochard, alumno del pintor neoclásico Jacques-Louis David. Al estar más interesado por los dibujos graciosos y caricaturas que por adquirir una formación artística, a los 15 años ya tenía relativa fama como caricaturista, realizando un buen número de caricaturas de ciudadanos de Le Havre por las que cobraba entre 10 y 20 francos, consiguiendo una pequeña fortuna de 2.000 francos. principios de abril de 1859 llegó a París, donde visitó a Constant Troyon, quien le aconsejó que tomara lecciones de dibujo y que acudiera a copiar al Louvre. También le recomendó acudir al taller de Thomas Coiture, pero el joven artista eludió la enseñanza académica y acudió a la Académie Suisse, taller propiedad del alumno de David, Charles Suisse, quien ofrecía a sus alumnos absoluta libertad para trabajar ante modelos vivos. Aquí conocería a Pissarro, entablando ambos una estrecha amistad. Durante esta estancia empieza a tomar contacto con los realistas en la "Brasserie des Martyrs" donde Monet acude a realizar caricaturas para ganarse la vida. Se interesará por Courbet, al que poco después conocerá, sin renunciar a las enseñanzas de Delacroix o Daubigny.
El éxito obtenido por Manet en el Salón de los Rechazados con su Desayuno en la hierba motiva al joven Monet a realizar una obra con temática similar pero realizada al aire libre. No llegó a concluir esta empresa pero trabajó en diversos estudios donde aparece Camille Doncieux, una joven de 19 años con la que empieza a mantener relaciones. Envía sus primeras obras al Salón oficial, realizadas al aire libre, siendo recibidos con simpatía por la crítica. Sin embargo, su próxima experiencia en el Salón será negativa. En 1867 envía Mujeres en el jardín que será rechazado y criticado negativamente por Manet. A esta decepción tiene que añadir Monet el embarazo de Camille por lo que se traslada a Saint-Adresse para comunicárselo a su familia, que recibe la noticia con disgusto -a pesar de que el padre del pintor tenía un hijo de una relación con su criada-. Durante este verano, Camille tendrá a su primer hijo, Jean, el 8 de agosto de 1867. Los problemas económicos serán una constante durante buena parte de la vida de Monet. En 1868 intenta suicidarse sin éxito por esta razón pero en verano las cosas parecen ir mejor y se traslada a la costa normanda con Camille y Jean, tomando parte en una exposición en Le Havre. Al año siguiente la penuria económica continuó y durante la estancia en Bougival no tenían dinero para calefacción, luz o alimentos para el bebé. Renoir, que vivía en los alrededores les ayudaba como podía. El 28 de marzo de 1870 se casan Camille Doncieux y Monet, contando con la presencia de Courbet como testigo.
En 1874 junto a Renoir efectúa la primera exposición extraacadémica, en el estudio del fotógrafo Nadar, la reacción de la prensa es acre y sarcástica. Se destacaba el cuadro de Monet llamado 'Impresión: Sol Naciente' (realizado en 1871; actualmente está en el museo Marmottan de París). Muere el 5 de diciembre de 1926 a los 86 años en Giverny, 80 kilómetros al oeste de París.